Poesías Leonlandesas 1
El pequeño ajedrecista
Sueña el niño dormido con una
partida
Y en su manito aprieta una torre
comida
Si papá es el Rey, si mamá la Dama
Si su apertura es Ruy López o la italiana
Peón a e4, saltito de rana
Y un caballo blanco irá a su cama
Corre el alfil presuroso a ocupar b5
Gira el caballo negro dando un solo
brinco
Camina tranquilo un peón negrito
La Dama se esconde con un solo
pasito
Aquí un enroque largo, allá uno
cortito
La torre traviesa se come un
peoncito
Nana del tablero, nana ajedrezada
Un ángel el obsequia una Dama alada
DETRAS DEL PASAPORTE
Tras cada fachada
Tras cada cortina
Tras sus ojos tristes
Está la Argentina
Ante cada paso
Ante cada esquina
Ante sus ventanas
Está la Argentina
En cada silencio
En cada rutina
En sus trenzas largas
Está la Argentina
Bajo cada cielo
Bajo cada encina
Bajo su mirada
Está la Argentina
Sobre cada plato
Sobre cada ruina
Sobre sus espaldas
Está la Argentina
Entre cada carta
Entre cada rima
Entre sus pestañas
Está la Argentina
Está la Argentina
Está la Argentina
Está la Argentina...
Violeta Paula Cappella.-
Tras cada fachada
Tras cada cortina
Tras sus ojos tristes
Está la Argentina
Ante cada paso
Ante cada esquina
Ante sus ventanas
Está la Argentina
En cada silencio
En cada rutina
En sus trenzas largas
Está la Argentina
Bajo cada cielo
Bajo cada encina
Bajo su mirada
Está la Argentina
Sobre cada plato
Sobre cada ruina
Sobre sus espaldas
Está la Argentina
Entre cada carta
Entre cada rima
Entre sus pestañas
Está la Argentina
Está la Argentina
Está la Argentina
Está la Argentina...
Violeta Paula Cappella.-
Construyo,
elijo mis materiales; acierto y yerro, pero siempre sigo.
Construyo
y porque construyo soy feliz y sufro, armo y desarmo lo que he conseguido.
Construyo
quemando mi no-yo al Sol y descansando mis huesos a la luz de la luna; escarcha
y rocío.
Construyo
porque en mi alma anida y crece un constructor.
Construyo
atajos y caminos largos.
Construyo
tanto las piedras contra las cuales tropiezo como los puentes seguros que me
elevan sobre el río.
Construyo,
y construyendo aprendo que las rocas blandas no sostienen mi edificio y que las
duras exigen sudor y gemido.
Construyo,
y construyendo mezclo cal y arena, azufre y sal, amor y noches de estío.
Construyo
y miro desde abajo cuánto he hecho y subo a lo más alto para ver cuánto me falta
aún de ladrillos.
Construyo
y no quiero el premio de un cielo prometido para reposar en el paraíso con los
brazos vacíos.
Construyo
para quedarme aquí, para enjugar tus lágrimas y calmar el dolor de tu pecho
herido; para recibir tu mano fresca y cálida que me levanta cuando he caído.
Construyo
y trago polvo y piso el barro, pero sigo, sigo, sigo...
Violeta Paula Cappella
Cuando
se apaguen mis ojos,
miraré
sólo hacia adentro
tiraré
mi currículum
cargado
de gloria académica
Cuando
se quiebre mi garganta
dejaré
que la música sea mi voz
que
los cuervos hablen por mi
con
el graznido ronco de tanto llorar
Cuando
mis manos ya no puedan palpar
serán
las hojas al viento
quienes
acaricien el cielo,
la
tierra, el infierno, tu sien.
Cuando
mis piés decidan no caminar más
me
quedaré inmóvil
convertida
en una lágrima
que
se pierde en las olas del mar.
Violeta Paula Cappella
Inquieta la sombra se mece y acuna
Ya seca la boca y el paladar
Altiva la Muerte que toca la puerta
Despierta al durmiente que se llevará
Clama la hojarasca en duelo otoñal
Que un pueblo se ha ido hacia el más allá
La niebla que cubre las columnas truncas
Levanta vapores de hiel y de maldad
Las Moiras, las Parcas segaron las Horas
Se funde en un velo la calamidad
El cabello suelto, la estampa esbelta
Los contornos fuertes, los muslos enhiestos
Derraman su sangre, clavado el puñal
Arden las hogueras de libros enteros
Vuelan las páginas en su crepitar
Crujen los cristales, Reichspogromnacht
Soberbia la marcha, gozosa y maligna
Erige el espanto como una beldad
Se arrancan los dientes, la uñas y el pelo
Cenizas y polvo, la mayor crueldad
Muere la esperanza en el grito agudo
Justicia, Justicia, perseguirás!
Violeta Paula
Cappella
Amo el aroma de
la noche
Así, húmeda y
fresca
Con un lejano
maullido
Amo el aroma del
río
Así, dulce y
denso
Con algún
camalote dormido
Amo la luz de la
luna
Así, llena y
cansina
Con un lobo y su
aullido
¡Cómo no amarte
hasta el infinito!
Violeta Paula
Cappella
Sé guardar todos los secretos;
los buenos y los malos,
los nuevos y los añejos:
soy como un odre cerrado
donde no hay llave,
ni canceles ni candado.
Sólo quién sepa de buenos tintos
verá cómo escanciar
sin derramar una gota
de tan precioso brebaje
que atesoro para la sed saciar.
Sé guardar todos los secretos
y a la vez otorgar
pero jamás de un libro,
una poesía, una película,
una simple melodía,
daré el final.
Violeta Paula Cappella
¡Felicidades en tu día!
Quizás, a estas altas horas,
ya estés dormido.
Y en uno y mil sueños
veas los astros cercanos
y los lejanos escondidos
Para cuando despiertes
y al rato, después del bostezo
largo y distendido,
vayas al teclado
y encuentres mi escrito:
¡Que Febo y Selene te sean amigos!
¡Que la fuerza de Marte te dé ánimo y bríos!
¡Que Venus sea testigo de la luz del Alma
que encuentra su nido!
¡Qué viajes con Neptuno por mares y ríos!
¡Que Júpiter, el Hijo del Sol, te revele
todos los secretos del cielo bendito!
¡Que asteroides y lunas
sean polvo de estrellas
que engalanen tus sentidos!
¡Que Mercurio dé alas a tus pies,
no para ir rápido por los caminos,
sino para que cada paso sea certero y tranquilo!
¡Que Saturno, el Gran Sabio y Ungido,
revele cada misterio que guardan los libros!
¡Que Plutón, rebelde en su ciclo,
Sea guía de los cambios,
los necesarios y los queridos!
¡Que Urano, de Gea nacido,
dé Luz y Armonía a tu destino!
¡Feliĉan naskiĝtagon, kara amiko!
Mi salutas vin kore,
Violeta
Serena la noche
De otoño investida
Se arranca el ropaje
El árbol, la espiga
A oscuras se mece
Rara neblina
Viniendo del río
Densa y contínua
Me besa, me abraza
Me envuelve en su tinta
Escribe sus versos
Sobre la piel misma
El instante mágico
Tu mente, la mía
Latido de selvas
El mar, la deriva
Es menta, es salvia
Canela y miel cristalina
Es fuerza, potencia
Amor y energía
Es aroma a tu ser
Que abraza y arrima
La palabra justa
Al oído emitida
Violeta Paula Cappella
Una canción
Una poesía
El final de un libro
El final del ciclo lectivo
Una palabra
Una frase
El buen discurso político
El dolor de un adiós compartido
Una metáfora
Un símbolo
La rebelde locura
Un sueño cumplido
El nivel en equilibrio
Una pintura
El mazo y el cincel bruñidos
Un lirio
El río
El sonido de una campana
El eco perdido
Un acorde
Un cello
La brisa del amanecer
Un “te quiero” al oído
Un atardecer sombrío.
Todo esto me emociona.
Mis lágrimas no son fáciles.
No emergen porque sí,
Siempre hay un motivo.
Porque te amo
Porque te amo más que Dios a su Universo
Y el poeta a su canto y verso
Porque te amo más que el girasol a la luz diurna
Y las luciérnagas a los rayos de luna
Porque te amo más que la raíz del árbol al suelo que se aferra
Y la semilla al agua y a la tierra
Porque te amo más que el tiempo al reloj de arena
Y el atardecer a la brisa serena
Porque te amo más que el ciervo a su pradera
Y el Paraná a la piedra costera
Porque te amo
Porque te amo como ama la Tierra a sus criaturas
Y la nuez a su envoltura
Porque te amo como ama la leona a su león bravío
Y el pez dorado a su río
Porque te amo como ama la chicharra al olivo
Y la salamandra al fuego vivo
Porque te amo como ama el ángel al niño dormido
Y el cántaro sano a su contenido
Porque te amo como ama el sabio a su escrito
Y el asteroide al meteorito
Porque te amo, te amo más allá del infinito!
Violeta Paula Cappella
Al león y al gatito
Dónde están tus ojos serenos
Que al pasar miraron con celo
Cada paso, cuando vengo, cuando voy
Dónde están tus perfumes a sándalo
Dónde están tus pies heridos
De caminar entre piedras negras y salvajes
ríos
Déjame que te cure el alma
Que quite los clavos al Cristo
Que lave tus pies que sangran
De tanto andar el destino
Déjame escuchar tu llanto
Tu susurro y tu grito
Pondré miel en tus labios
Y en tus manos un lirio
Dónde están los maullidos
De aquél gato soñador
Que con una cinta de plata
Me enredó en su amor
¡Allí está, allí viene!
Y trae un ramito de albahaca
Y otro de junquillo
¡Allí está, allí viene!
Y me ha bajado una estrella
Que ha guardado en su bolsillo
Violeta Paula Cappella
Quinquela Martín - Cementerio de barcos |
La maladie de l’âme
Je n’avais jamais pensé
que je pourrais m’habituer
À la tragédie, la
trouble et la maladie de l’âme.
Mon cœur ne parle pas
les langues que j’ai apprises,
Parce que seulement le
sang peut comprendre
La langue de la muse et
sa lire.
Et juste quand le sang
tombe sur la terre,
Je peux écouter lente,
naïve et constamment
La note de musique
fermée, diffusée et exquise de ton prénom.
C’est le ciel que
s’éteint avec nues des larmes
Que tranquille et
dramatiquement
Me conduit au port de
l’ombre.
(En raison de cette
peinture de Quinquela Martin et ton dernier bisou)
Violeta Paula Cappella
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