Por: Violeta Paula Cappella Cuando la noche entra en Rosario cuando los últimos destellos del crepúsculo tornan de rojo el río y el dulce aroma se levanta del agua invadiendo la ciudad donde vivo Cuando las flores de las barrancas me embriagan con su suave fragancia y las enredaderas, las campanillas y las madreselvas enmarañan la tierra Cuando en los inviernos la fría escarcha cruje quebradiza bajo mis pies y las hojas del otoño navegan a la deriva en este río de miel Solo pienso en él.