Oda a una pobreza latina
Por: Ana Lis Cappella Aquí la pobreza flota, se desplaza cubriéndolo todo gota a gota. Se enreda en los cereales. el arroz y la escasa ricotta. Aquí la pobreza no toma vino de mesa barato, toma agua corriente y alguna vez, una cerveza. Aquí la pobreza come avena, se baña con jabón marrón y empapa el cuerpo con una colonia barata y estornuda la nariz. Aquí la pobreza se ilumina con el sol, los cortes de luz obliga a la vela, la luz plata de la luna o lámpara bajo consumo, solo hay una. Aquí la pobreza tiene garrafa de gas no sabe de calefacción ni de aire acondicionado, sabe del sol veraniego y el frío invernal. Aquí la pobreza no sabe de electrodomésticos, escucha un disco de Bach y no usa computadora, lava la ropa a mano y la cuelga en la soga, y los pisos brillan igual sin enceradora. Aquí la pobreza tiene áloes y helechos, mira TV abierta, lee filosofía y Biblia y de Góngora, la poesía. Aquí la pobreza no se protege con alarma reza al Pad