El viejo (Re-elaboración de los 12 últimos versos de "El viejo")
Por Alice A. de Cappella
El polvo ocupa, sin prisa, sus arrugas,
todo es opaco en él, no hay brillo alguno,
el sol no lo calienta,
la luna no le extiende su capa fría.
Ya nadie escucha si suspira...
La muerte ni lo ve, se aleja y sigue.
Sus zapatos son tiestos enmohecidos,
las piernas, troncos frágiles que se curvan
donde desde hace cien años no hay deseo
ni lluvia blanquecina.
El no está pero nunca se ha ido,
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