Cáliz
Por Selene Fox Talbot
Dicen que lo custodian unos monjes en una pequeña capilla
que a veces las arenas del desierto permiten ver.
Allí va la caravana del pueblo Bereber
a rendirle homenaje en su raro idioma
al Altísimo, al Cordero de Dios
cuya Vida nos envuelve a todos los que vivimos
y a quienes están por nacer.
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