A los héroes de Malvinas



Se acercó la muerte
y susurró a su oído
Entre balas y gritos:
Ven conmigo.

Y cerrando sus ojos,
le dio un crucifijo,
un lecho de tierra,
un manto de nieve
y otro de musgo mullido

Bajando la cuesta
apagó su latido
y la Muerte en sus manos
posó un cirio encendido.

Se arrodilló y oró
un país compungido
y apretó el rosario
contra el pecho herido.

Serena la Muerte
hizo de sangre los ríos,
arrió la bandera
y el mástil fue cruz
de tus hijos, los míos.

El viento borró sus huellas,
el mar tragó su suspiro
y con su último aliento él dijo:
¡Yazgo en suelo argentino!

Violeta Paula Cappella

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